Piercings y salud bucodental

11 abril, 2018

Cada vez más personas optan por hacerse un piercing en la lengua, los labios, el frenillo y las mejillas. Se trata de una moda estética aparentemente inocua, pero la verdad es que la colocación de este elemento en las mucosas orales puede tener consecuencias negativas de las que la mayoría de seguidores de esta tendencia no son conscientes en la mayoría de casos.

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Consecuencias de los piercings orales

La colocación de un piercing en la boca puede ocasionar dolor y riesgos de infección , ya que es difícil que se cicatricen con rapidez los tejidos de la boca debido a la humedad que hay en esta zona.

Además, hay que tener en cuenta que un piercing siempre implica la posibilidad de que se produzca un rechazo y de lesiones en los nervios y vasos sanguíneos, sobre todo por el proceso de hacer el agujero.

Y esto no es todo. A las consecuencias más habituales de esta moda estética, hay que añadir que puede provocar problemas añadidos de diversa gravedad. Merece la pena conocerlos para saber a qué se expone una persona que decide hacerse un piercing oral.

Problemas derivados del piercing oral

La lista de problemas que pueden ser provocados por la colocación de uno de estos elementos metálicos incluye:

Maloclusiones dentales: el piercing no deja de ser un cuerpo extraño dentro de la cavidad oral. Por lo tanto, la lengua puede cambiar su posición. Esto acaba modificando la colocación de los dientes y, en muchas ocasiones, la mordida.

Traumatismos en piezas adyacentes: son la lesión más habitual. El roce del metal provoca desgaste en los dientes anexos, que puede llegar incluso a romperlos y acabar en la pérdida de diversas piezas dentales.

Infecciones: tienen una incidencia de un 15 % y se presentan en forma de enrojecimiento, temblores, escalofríos y fiebre. Es necesario acudir al médico en cuanto se experimenten estos síntomas.

Retracción de las encías: sin duda, una de las consecuencias más importantes de los piercings orales. Implica que el diente puede moverse e, incluso, acabar cayendo.

Enfermedad periodontal: un piercing en la boca evita que se pueda hacer una correcta higiene dental. Como consecuencia, aparece la placa bacteriana y se forma sarro. Esto favorece la aparición de enfermedades como la gingivitis y la periodontitis. La acumulación de placa bacteriana también puede ser causa de halitosis. El tratamiento de periodoncia en los peores casos se puede alargar mucho en el tiempo.

Alergias: especialmente a los elementos de níquel.

Finalmente, hay que valorar las posibles alteraciones del habla originadas por la colocación de un piercing oral. La dificultad de mover la lengua normalmente puede hacer complicado pronunciar ciertas palabras, especialmente las que llevan las letras r, s, t y l.

La mejor manera de evitar o, al menos, reducir las consecuencias negativas de la colocación de un piercing oral pasa por recurrir a un profesional de confianza y, por supuesto, por acudir al médico o al odontólogo ante la mínima señal de una complicación en la zona donde se ha colocado el pendiente. La prevención es fundamental para evitar consecuencias más graves en  este tipo de situaciones.

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Escrito por Caredental -

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